Corrían esos años furiosos de finales de los 80, justo cuando el grunge empezaba a emerger, sucedió que dos tipos, llamados Tad Doyle (vocalista, guitarrista) y Kurt Danielson (bajista) decidieron lanzarse a la aventura que supone siempre un nuevo grupo. Para completar la formación meten a Gary Thorstensen (guitarrista) y a Steve Wied (batería).
En éstas estábamos cuando fueron captados por la Sub Pop, enorme suministradora de grunge. Debutaron en plan oficial con su disco Gods Ball en el 89, de la mano de Jack Endino. Álbum que les valió para empezar a dar a conocer su estilo, que por cierto se podría definir como pesado, lento, potente, influenciado más sin lugar a dudas por el metal que por el punk.
En el 90 aparece Salt Lick, con no demasiada repercusión; y en el maravilloso año 1991 sale a la luz su album más melódico (y de los más conocidos) 8-Way-Santa.
Tras este disco, aparece otro de sus discos más conocidos, el Inhaler, en 1993. Sin embargo, y tal como sucedió con otras muchas bandas grunge, el disco no les sirvió para conseguir el suficiente impulso y a partir de ahí los Tad empezaron a flaquear; hasta que en 1998, ya inmersos en una nueva generación musical que poco o nada tenía que ver con aquellos desgarradores principios de los 90 y sin apenas poder sacar nuevo material, deciden poner fin al grupo.
En éstas estábamos cuando fueron captados por la Sub Pop, enorme suministradora de grunge. Debutaron en plan oficial con su disco Gods Ball en el 89, de la mano de Jack Endino. Álbum que les valió para empezar a dar a conocer su estilo, que por cierto se podría definir como pesado, lento, potente, influenciado más sin lugar a dudas por el metal que por el punk.
En el 90 aparece Salt Lick, con no demasiada repercusión; y en el maravilloso año 1991 sale a la luz su album más melódico (y de los más conocidos) 8-Way-Santa.
Tras este disco, aparece otro de sus discos más conocidos, el Inhaler, en 1993. Sin embargo, y tal como sucedió con otras muchas bandas grunge, el disco no les sirvió para conseguir el suficiente impulso y a partir de ahí los Tad empezaron a flaquear; hasta que en 1998, ya inmersos en una nueva generación musical que poco o nada tenía que ver con aquellos desgarradores principios de los 90 y sin apenas poder sacar nuevo material, deciden poner fin al grupo.
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